El ecuatoriano Brian Daniel Pintado, nuevo campeón olímpico de los 20 kilómetros marcha, aseguró que haber alcanzado este logro a los pies de la torre Eiffel le permite afirmar que «valió la pena» todo el sacrificio, sobre todo por haber dedicado menos tiempo a sus hijos.
«He sacrificado mucho tiempo con mis hijos y las personas que me conocen saben cuánto los amo. Con el oro era la única forma que podía haber dicho que valió la pena. Gracias a Dios, valió la pena», indicó en la conferencia de prensa oficial tras la prueba.
Pintado, que en los pasados Mundiales de Budapest fue plata en los 35 kilómetros, anunció que se encuentra «físicamente bien» para encarar la prueba del relevo. «Quiero recuperarme, disfrutar de esto, conversar con mis hijos y como he partido en dos pruebas ya en eventos anteriores y he tenido una buena recuperación creo que estaré listo», aseveró.
Reconoció el atleta de Cuenca que cuando veía a Jefferson Pérez triunfar en grandes competiciones comprobó «cómo todo un pueblo se levantó, cómo un país festejó», y por ello en su mente pensó que «lo que genera el deporte es algo increíble».
«Siempre tuve la sensación de eso y dedicar esto a todas las personas trabajadoras de Ecuador, que se levantan para dar alimento a sus hijos. Hay muchas personas que luchan y va en representación de todas esas personas», manifestó Pintado, quien expresó también su felicidad por compartir el podio con rivales a los que tiene mucha estima y aprecio como el brasileño Caio Bonfim y el español Álvaro Martín y con los que ha compartido muchas pruebas y podios.
Reconoció que siempre suele competir con algún objeto, o como en este caso con una fotografía de sus hijos para encontrar algo extra que le de fuerzas y motivación al final y reiteró en valorar el trabajo de su técnico, Andrés Chocho, al que «se le negaron las medallas olímpicas y mundiales, pero lo consiguió con sus atletas».
El brasileñoCaio Oliveira de Sena Bonfim Bonfim también se mostró «muy feliz» con sus compañeros de podio, y recordó que Álvaro Martín fue cuarto en Tokio y él en Río de Janeiro.«Estoy muy contento de conquistar la medalla, para mí cuando pierdes con un campeón no hay problema. Son medallas que conquistamos para Sudamérica. Los tres hemos tenido un ciclo en el que trabajamos mucho. Es un momento muy especial compartirlo con ellos», dijo.
Un mensaje de su hijo Nicolás, de nueve años, la noche antes de competir en Trocadero en los Juegos Olímpicos de París fue el talismán para Pintado. Hace un año, Daniel Pintado (Cuenca, Ecuador; 1995) se proclamó subcampeón del mundo de 35 kilómetros marcha en Budapest y evocó la figura del gran marchador ecuatoriano Jefferson Pérez, que durante su trayectoria profesional logró subir tres veces a lo más alto del podio internacional con tres oros, el último en 2007, hace diecisiete años.
Ese subcampeonato mundial constituyó en ese momento su principal logro internacional junto al título panamericano de 20 kilómetros marcha que logró en Lima en 2019.
En otra ciudad europea, en París, Daniel Pintado volvió a demostrar el potencial que atesora como producto de aquella generación de niños que creció con Jefferson Pérez, otro atleta de Cuenca como referente, aunque en su caso no estuvo en su escuela de atletismo. Sí lo hizo en la de otro emblema del deporte ecuatoriano, Luis Chocho, fallecido en febrero de 2021, junto a su hijo Andrés Chocho.
» Aún no lo asimilo. Esto es el premio a un trabajo invisible y una recompensa a todos los malos momentos por la distancia con la familia. Chocho me decía que viniera sin presión pero yo le decía que no, que había que sentir esa presión», dijo Pintado, al término de la prueba.
«Anoche estaba llorando en la habitación porque estaba muy nervioso y necesitaba a mi familia. Mi hijo de nueve años me mandó un mensaje en audio que me tranquilizó: «papi, sabes que te queremos, eres el mejor y pase lo que pase vas a ser siempre un campeón'».
«Sinceramente pensaba en ellos. Puse una foto de mis dos hijos en la bandera de Ecuador, mandé hacerme unos collares con la frase con ‘Dios siempre es posible’ y me puse un collar con mi hijo. Son los detalles los que nos hacen campeones porque todos estamos al mismo nivel», señaló.
Pintado, que con el oro mejora la plata de Jefferson Pérez en Pekín 2008, desveló la conversación que tuvo con su entrenador antes de competir.
«Mi entrenador me dijo que soy un vehículo de seis velocidades y que tenía que meter la sexta marcha al final. No se equivocó. Pensé que no podía pero a falta de doscientos metros estaba muy nervioso porque no asimilas aún nada. Cuando vi la cinta de París dije: ‘lo logré'», comentó.
«Esto se lo dedico a Andrés Chocho, a mis hijos Nicolás y Montserrat y a toda mi familia, en especial a mi madre, que fue la primera en creer en mí.. A mi padre también, que es una persona trabajadora, y a los millones de ecuatorianos que somos», concluyó.