“Año olímpico”, el 2024 estaba determinado por la convocatoria de París para la elite atlética. Y como todo “año olímpico”, elevando las exigencias. Aún las posibilidades de clasificación son cada vez más difíciles y condicionantes. Para la primera línea del atletismo sudamericano, y aún sin poder repetir (en cuánto a sus resultados globales de medallistas y finalistas) lo ocurrido tres años antes en Tokio, el balance fue positivo. Y todo en el marco de una temporada que volvió a marcar los grandes cambios -tecnológicos, físicos, económicos- que está experimentando nuestro deporte.
La cantidad y calidad de competencias se hace más intensa, en todas las especialidades y categorías. El 2024, además de los Juegos, contaba con varios Mundiales específicos (marcha, relevos) y también en Sudamérica la programación era muy fuerte, con un Iberoamericano en la cálida Cuiabá, Sudamericanos en casi todas las categorías y eventos de “Grand Prix” que podían servir como aliciente de la actividad local/regional y de la movilización de la comunidad atlética en cada país.
Dentro de ese marco, fueron los marchistas los que brillaron a lo largo del 2024. Es decir, un consolidado grupo de atletas sudamericanos en esa prueba que también se afirmaron en el primer nivel mundial. El máximo festejo llegó en París cuando el ecuatoriano Brian Daniel Pintado -emulando la hazaña de su compatriota Jefferson Pérez en Atlanta 1996- conquistó la marcha de los 20 kilómetros, con medalla de plata para otro de los “superstars” de la región, el brasileño Caio Oliveira de Sena Bonfim. Pintado luego se unió a su compatriota Glenda Morejón para la medalla de plata en el novedoso relevo mixto. Y la colombiana Sandra Lorena Arenas, aún cuando no pudo volver al podio como tres años antes en Sapporo, logró un valioso cuarto puesto con plusmarca nacional para los 20 km. Entre aquella producción olímpica en París, las medallas conquistadas meses antes en la Copa del Mundo en Antalya (Turquía) y la presencia en los primeros planos de las pruebas del Tour como La Coruña, Rio Maior y otras, los marchistas sudamericanos reafirmaron su calidad de primer orden a lo largo del 2024. Una de las grandes figuras como la peruana Kimberly García triunfó en Antalya sobre 20 km, uniendo esa victoria a sus títulos mundiales del 2022 en Eugene y encabezando ahora una producción sudamericana que colocó a cuatro de las cinco primeras de esa Copa del Mundo (la brasileña Erica de Sena tercera, la también peruana Evelyn Inga cuarta y la ecuatoriana Paula Torres quinta), mientras que entre los hombres descolló otro de los ecutaorianos, Jordy Jiménez, con su sexto lugar en los 20 k.
La otra medalla olímpica para Sudamérica en los Juegos de París fue lograda por el brasileño Alison Brendom Alves dos Santos en los 400 metros vallas, repitiendo su gesta del 2021, detrás de los astros Rai Benjamin y Karsten Warholm (esta vez con nuevo campeón). Alison volvió así al podio, tras un 2023 que resultó complicado para él por la operación en la pierna. Y a lo largo de esta nueva temporada se lo vio brillar nueve veces por debajo de 48s y con una mejor marca de 46.63 en el estadio Bislett en Oslo, donde pudo batir al recordman del mundo Warnholm. Alison ya no estará “solitario” para las aventuras en la especialidad: otro brasileño, Matheus Lima da Silva, produjo un gran avance en la prueba con sus 48.12 en Chorzow y su acceso a la semifinal olímpica.
El otro atleta sudamericano que, dentro del ámbito masculino, venía batallando en los primeros planos mundiales era el también brasileño Darlan Romani en lanzamiento de bala (llegó a proclamarse campeón del mundo indoor entre otros logros). Pero una lesión lo dejó al margen de los Juegos, tras conseguir una marca de 21.52 en el Trofeo Brasil. Comenzó a lucir en esa especialidad su compatriota Wellinton Silva Morais al pasar por primera vez los 21 metros (21.01).
Un panorama sudamericano a través de distintas disciplinas nos deja otros puntos destacados del mismo ámbito masculino:
- Lo más saliente corresponde al lanzamiento de jabalina donde, tras casi tres décadas, ha caído el tope que mantenía el paraguayo Edgar Baumann. Primero fue el brasileño Pedro Henrique Nunes Rodrigues quien llevó el récord a 85.11 al conquistar el Ibero. Semanas después, en el Trofeo Brasil, su compatriota Luiz Mauricio Días da Silva llegó hasta 85.57. Y el mismo Luiz, en la clasificación en París, consiguió 85.91, además de una codiciada plaza en la final de los Juegos.
- Si en 2023 se abrió la puerta de los sub-10 segundos en 100 metros para los velocistas, brasileño Felipe Bardi dos Santos se afianzó ahora como el mejor sudamericano en la “prueba reina”. Recordman desde Sao Bernardo 2023 con 9.96, en la nueva temporada conquistó el oro iberoamericano, el Trofeo Brasil con 10.05 y tuvo una mejor marca de 10.00 en el Estadual paulista. Pero el colombiano Jhonny Rentería sorprendió al incorporarse al sub-10.00 con su récord nacional de 9.97, durante su gira española.
- En los 400 metros llanos, y afectado por una serie de lesiones en los últimos años, el colombiano y recordman sudamericano Anthony Zambrano no pudo recuperar el nivel que lo llevara al subcampeonato olímpico en Tokio. Entre los valores emergentes de esa dura prueba está el argentino Elián Larregina, el primero de su país en bajar los 45s, el único argentino que triunfó en el Ibero de Cuiabá y el primero también de su país en casi ocho décadas en acceder a la semi olímpica de los 400.
- Dos nombres destacables sobre 800 metros dentro de un panorama colectivo de buen nivel: el venezolano José Antonio Maita y el panameño Chamal Chambers. Este se adueñó del título iberoamericano con récord nacional de 1:45.27. Y Maita consiguió bajar por primera vez la barrera de 1:45, con 1:44.57 en su país, además de escoltar a Chambers en el ibero.
- El brillo en las distancias más largas en pista correspondió a dos atletas uruguayos: Santiago Catrofe y Valentín Soca. El primero, al pulverizar el tope sudamericano de 5.000 con 13:05.93 en Heudsen-Zolder (Bélgica), agregando al que ya había establecido en 3.000. Y Soca, con campaña universitaria en California (EE.UU.), ya se apoderó de los récords u23 de 3.000, 5.000 y 10.000, un póker que lo convierte en el gran valor de los próximos tiempos.
- Además de Alison y Matheus, otro vallista brasileño de gran valía en el 2024 fue Eduardo dos Santos Rodriguse de Deus, campeón del Ibero y con seis performances debajo de 13.40, con una mejor de 13.27 y un 13.24 ventoso.
- También brasileño, Almir dos Santos Junior resulta el valor destacable de los saltos, al llegar a la final olímpica de triple en París y ganar el Ibero con la mejor marca sudamericana de la temporada, 17.31.
- La dupla de los chilenos Humberto Mansilla y Gabriel Kehr siguió dominando en martillo, el colombiano Maurico Ortega (68.06) y el chileno Claudio Romero (67.29) exhibieron las mejores marcas en disco y allí asomó el brasileño Wellinton Fernandes da Cruz Filho al ganar el Ibero.
- La lista de hombres que brillaron en el 2024 debe incluir necesariamente al “más completo”, José Fernando Ferreira Santana, 14° en el extenuante y competitivo decathlon de los Juegos de París. Con una intensa producción a lo largo del año -tres de sus participaciones sobre 8.000 puntos- “Baloteli” se acercó a la plusmarca sudamericana.
El atletismo femenino de Sudamérica no pudo contar durante este 2024 con su estrella principal, la venezolana y recordwoman mundial del triple salto, Yulimar Rojas. Una lesión en la pierna -que obligó a una operación en abril- le impidió defender su oro olímpico en París.
Pero, a falta de Yulimar, otras tres venezolanas se lucieron en los Juegos: Rosa Rodríguez, nuevamente entre las finalistas de martillo, lo mismo que Robeilys Peinado en garrocha. Y un mérito enorme para la mediofondista/fondista Joselyn Daniely Brea. Tras su espectacular temporada del 2023, ahora se convirtió en la primera fondista sudamericana en correr los 5.000 metros por debajo de 15 minutos (14:36.59 en Los Angeles) para, posteriormente, ubicarse en la final olímpica. También persiguió el tope de los 1.500 llanos -lleva más de tres décadas en poder de la ex subcampeona mundial Letitia Vriesde, de Surinam- y se quedó a centésimas con sus 4:065.78 en Atlanta y 4:05.93 en la serie de los Juegos.
Además del récord de 5.000, también cayó el de 10.000, en este caso a cargo de la argentina Florencia Borelli con sus 31:33.07 en San Juan Capistrano, en el marco de su preparación hacia las distancias mayores.
Otra de las especialidades estelares de la temporada fue la de 100 metros con vallas. Allí las atletas sudamericanas que cumplen su ciclo universitario en Estados Unidos experimentaron grandes progresos y la ecuatoriana Maribel Caicedo -surgida como gran promesa durante su etapa de menores y ahora representando a la Washington University- llevó la plusmarca de nuestra región a 12.49 en la pista de Fayetteville, Arkansas, y también se lucieron en la especialidad la venezolana Yoveiny Mota con sus 12.67 y la brasileña Micaela Rosa de Mello.
La colombiana Martha Valeria Araujo, 7ª. con récord sudamericano de 6.386 puntos en el heptathlon de los Juegos Olímpicos fue otra de las figuras sudamericanas en este 2024, donde también se coronó en el Ibero y consolidó su sitio entre las mejores del mundo al ganar el prestigioso “Decastars” de Talence, Francia, llevando el récord a 6.429.
Su compatriota Flor Denis Ruiz en lanzamiento de jabalina no pudo repetir su hazaña de la temporada anterior, cuando fue subcampeona mundial, pero aún así se mantuvo en la elite y accedió a la final olímpica, además de batir el rsa con 66.70 durante el Ibero. En la especialidad ya comienza a tallar, por arriba de los 60 metros, la uruguaya Manuela Rotundo. Y también hay que resaltar los progresos de las mediofondistas -entre ellas la uruguaya María Pía Fernández y la chilena Berdine Pierre Castillo-, la ruta ascendente de Martina Weil en los 400 llanos (una operación había retrasado sus preparativos olímpicos), el esperado ascenso de la colombiana Natalia Linares en salto en largo y a la brasileña Izabela Rodrigues da Silva en disco, entre otros nombres.
El movimiento del “running” mantuvo su crecimiento con una alta participación en los grandes maratones y Asunción fue la sede del nuevo sistema de Campeonato Sudamericano que incluye medio maratón, 5 km y milla. Buenos Aires, por su masividad (25 mil corredores en 21k, más de 12 mil en maratón) volvió a mostrar su potencial y contó, entre sus figuras en el medio maratón, nada menos que con la keniata Ruth Chepngetich, cuyo registro de 1:05:58 –récord del circuito porteño- anticipó lo que sería la más fabulosa marca de una atleta mundial este año, su récord de maratón en Chicago al quebrar las 2:10.
El ascenso de las maratonistas de nuestra región no se detuvo y en Sevilla, Florencia Borelli llevó la plusmarca sudamericana a 2:24:18, obteniendo su nominación olímpica junto a otras destacadas fondistas de la región (la peruana Thalía Valdivia, autora de 2:25:23 en Rotterdam, quedó luego 18ª. en los Juegos, tres puestos delante de la argentina, siendo ambas las más destacadas). Entre los hombres se vio gran progreso de maratonistas de Chile y Uruguay. Dos de los chilenos –Carlos Díaz y Hugo Catrileo- corrieron este año por debajo de 2:09, mientras que Cristhian Zamora encabezó el gran momento uruguayo al batir los récords nacionales en Valencia con 1:02:03 en medio maratón y 2:09:04 en la distancia mayor. Otro ascendente valor fue el argentino Ignacio Erario con su marca de 1:01:11 en el 21k de Buenos Aires, detrás de la legión africana.
LAS GENERACIONES DEL FUTURO
Si aquella es la lista que lleva adelante la misión en la categoría superior, las competencias en las edades promocionales -desde u18 hasta u23- fue igualmente intensa. Por tercera vez en el historial, Sudamérica albergó un Campeonato Mundial u20, en este caso en Lima, que se consolida como una sede preponderante del atletismo. Ya recibió los Juegos Panamericanos del 2019 y acaba de obtener la sede para organizarlos nuevamente, en 2027. Allí las promesas del atletismo mundial se dieron cita en agosto y, seguramente en breve tiempo, veremos a varios de ellos brillar a primer nivel. El chileno Ramón Fuenzalida en los 400 vallas, la venezolana Ottainyes Febres en lanzamiento del disco y especialmente la colombiana María Isabel Arboleda en salto en alto (5ª) lucieron entre los sudamericanos. En el caso de Arboleda acumuló todos los títulos posibles -nacionales e internacionales- llevando su registro personal a 1.88 m. Otros atletas de la región que se ubicaron en el top 8 de dicho Mundial fueron el relevo colombiano 4×400 en damas y el lanzador de jabalina de Brasil, Arthur Monteiro Curvo.
Bucaramanga con el Sudamericano u23, Lima con el u20 y San Luis (Argentina) por primera vez con el u18 vieron desfilar a nuestras nuevas generaciones. Y su participación se extendió a pruebas Universitarias y Colegiales, a los distintos Juegos Nacionales, a los novedosos Juegos Bolivarianos de la Juventud -celebrados en Sucre- y para Guyana y Surinam su ya habitual asistencia a los poderosos Carifta Games.
El atletismo de Guyana brilló con sus triunfos en esos Carifta, incluyendo en codiciadas pruebas con los 400 llanos a través de Tianna Springer (52.31) y Malachi Austin (46.35), grandes promesas. También de ese país surgió otra prodigiosa velocista como Athaleyah Hinckson (11.39 en 100 metros a sus 16 años), la menor sub 18 de la región junto a la brasileña Hakelly de Souza Maximiano, campeona sudamericana y autora de 11.79.
Ese ciclo de competencias internacionales aporta numerosos nombres que, sin dudas y a breve plazo, estarán entre los más destacados del plano superior de la región.