«Cuando yo comencé era muy difícil ser marchador en mi país. El día que llegué a casa y dije que quería ser marchador realmente estaba diciendo que había decidido que me criticaran», explicó el brasileño Caio Oliveira de Sena Bonfim a los periodistas a su paso por la zona mixta tras su subcampeonato olímpico.
«Alguien me ha preguntado hoy si había sido difícil para mí la carrera. No, difícil ha sido desde el día que comencé a marchar, hasta llegar aquí. Vencí a los prejuicios, Brasil no tiene marchadores (…) en comparación con lo que ocurre en otros países», destacó.
Bonfim, de 33 años, tenía hasta ahora como grandes éxitos los bronces en los Mundiales de Londres en 2017 y Budapest en 2023.
«Lo de hoy es fruto del trabajo de una vida. No sé ni decir qué significa. No estoy acostumbrado a escuchar eso de medallista olímpico. Es como un sueño», sonrió.
El brasileño estuvo peleando por la plata con el español Álvaro Martín, el hombre que ganó el pasado Mundial en una carrera donde Bonfim fue tercero.
Caio, quien se abrazó con su madre y entrenadora Gianetti Oliveira de Sena Bonfim (ex recordista sudamericana) también dijo:
«Todavía no sé cómo expresarlo con palabras… Los Juegos Olímpicos son diferentes a cualquier otra cosa… Tenía expectativas, pero ¿viste cuán fuerte era el nivel? Tenía que vencer al actual campeón olímpico y al dos veces campeón del mundo. Dios proporcionó este momento. Juegos Olímpicos no son sólo esas 20 vueltas, es trabajo pero un resultado que valió la pena. Di lo mejor de mí en cada entrenamiento y en cada evento de este ciclo olímpico.»