Si el atletismo constituye el “deporte rey” en los Juegos Olímpicos, los 100 metros llanos representan “la prueba reina”, una de las más cautivantes de toda la programación. Y lo mismo sucede ahora en París donde la ambición del estadounidense Noah Lyles por devolverle el trono de los 100 metros a su país después de dos décadas se topará con otros jóvenes contendientes, surgidos en los últimos tiempos.
Y todos, por convertirse en herederos de las leyendas de la especialidad en los Juegos Olímpicos que abarcan desde los también estadounidenses Jesse Owens (1936) y Carl Lewis (1984-1988) hasta el jamaiquino Usain Bolt, el único que fue capaz de triunfar en el hectómetro en tres oportunidades consecutivas (2008, 2012, 2016) y cuyo récord mundial de 9.58 –en Berlin 2019- todavía está vigente, al igual que sus 19.19 en 200.
Los 100 metros vuelven a contar ahora, también, con representación sudamericana, aunque la meta para nuestros atletas es alcanzar una semifinal, algo que se presume muy difícil. En las últimas dos temporadas –y tras una búsqueda de varias décadas- ya contamos con velocistas “sub 10.00”, pero también es difícil repetir la máxima performance ante la presión olímpica.
Ahora la representación sudamericana abarca:
. El brasileño Felipe Bardi dos Santos, recordman s.a. con sus 9.96 conseguidos el año pasado en Sao Bernardo do Campo. Su compatriota Erik Felipe Barbosa Cardoso, campeón s.a. en Sao Paulo poco antes con 9.97 (por dq del surinamés Issamade Asinga) y también estará Paulo André Camilo de Oliveira, el hombre que aparecía con mayores dotes en esta generación, pero cuya ausencia largo tiempo por otras ocupaciones en un reality de tv le quitaron rito de competencia.
. Dos colombianos, que también bajaron los 10s: Ronny Longa, quien lo hizo en el citado Sudamericano de Sao Paulo como escolta de Erik y siendo todavía juvenil, y Johnny Alexander Rentería, quien consiguió sus 9.97 este año en Bilbao.
. Emmanuel Archibald, el recordman de Guyana, medallista en los Juegos Centroamerianos y Panamericanos de la última temporada. Entrena en Jamaica donde alcanzó un alto nivel tanto en su anterior especialidad de salto en largo como en el sprint.
. El panameño Arturo Deliser, entrenando últimamente en Sao Paulo, consiguió su clasificación tras una larga búsqueda y hereda el puesto de su compatriota Alonso Edward. Y también llega ahora Jale Lissen, de Surinam.
Grandes favoritos
Noah Lyles aspira a repetir en París el triplete dorado que estableció un año atrás durante el Campeonato Mundial de Budapest y que también jerarquizó Bolt en su momento: 100 y 200 metros llanos, y posta 4×100.
Lyles es entrenado por Lance Brauman, un hombre que dos décadas atrás conducía a Tyson Gay, el gran rival de los primeros momentos de Bolt.
Pero algunos jamaiquinos intentarán detener a Lyles, tal como Bolt lo hizo con Gay en Beijing: Kishane Thompson (23 años, de meteórico ascenso en los últimos tiempos) y Oblique Seville, quien ya estuvo en finales mundialistas. Thompson lidera el ranking de este año con 9.77, un registro que Lyles aún no alcanzó. Stephen Francis, considerado uno de los mejores entrenadores del mundo en las pruebas de velocidad (condujo a Asafa Powell entre otras estrellas), sostuvo que la demora en la aparición de Thompson en los primeros planos fue “por una lesión en la espalda que le impidió entrenar normalmente”. Ahora, el jamaiquino hará su aparición en el escenario mayor, ya que no tiene experiencia en Mundiales u Olímpicos. Recién pudo asistir a la última temporada europea, donde consiguió un triunfo sobre Letsile Tebogo, el joven prodigio de Botswana, que ya llegó al podio en Budapest 2023 y que ahora también aparece entre los candidatos. Thompson marcó 9.91 con viento en contra para batir a Tebogo (9.99) en aquel encuentro celebrado por el Memorial Istvan Gyulai, donde quedó tercero el sudafricano Akani Simbine con 10.01.
Tebogo, Simbine y el keniata Ferdinand Omanyala (campeón de la Commonwealth y acreditado este año con 9.79 en la altitud de Nairobi) asoman como los mejores proyectos africanos para los Juegos.
Lyles tiene 9.81 y hasta ahora su dominio era más rotundo en los 200 metros llanos, donde logró los últimos tres Mundiales y donde se mantiene invicto en las últimas tres temporadas.
Lyles ha mejorado mucho su técnica de largada y prueba de ello son sus actuaciones en los 60 metros indoor. Al aire libre, fue batido por Seville a principios de junio (9.82 a 9.85) pero semanas más tarde, Lyles fue un convincente ganador de los 100 y 200 en los Trials estadounidenses, en Eugene. Y viene de conseguir su marca personal del hectómetro con los citados 9.81 en Londres, el 20 de julio.
Lyles también busca convertirse en una estrella mediática, fue el protagonista del documental atlético de Netflix y afirma: “Normalmente no siento presión porque me divierto. Todo lo que tengo que hacer es ser yo mismo”.
Los sprinters que secundaron a Lyles en los Trials y que llegan ahora a la cita olímpica son Kenny Bednarek (medalla de plata de 200 en Tokio) y Fred Kerley (ex campeón mundial de 100 llanos en Eugene 2022). En los Trials Bednarek logró su marca personal de 9.87, una centésima por delante de Kerley.
Aunque el defensor del título, el italiano Marcel LaMont Jacobs, no llegó a estas marcas en los últimos tiempos, igual es un rival a considerar, sobre todo su mentalidad y capacidad para la alta competición.
“Soy el campeón olímpico y quiero ganar otra vez –dijo Jacobs al llegar esta semana a París- Sé que lo puedo hacer, trabajé duro para esto”.
Las lesiones le habían afectado tras ganar el Mundial Indoor del 2022 sobre 60 metros y el título europeo de 100. Tuvo que desertar en los Mundiales de Eugene y Budapest.
«Lo que me hace daño es la gente que no entiende que no somos robots, que no somos máquinas sino seres humanos. Trabajamos todos los días al 100% con nuestro cuerpo, así que es normal que tengamos algunas dificultades, algunas lesiones», explicó. Pero el 2024 lo encuentra recuperado y en junio, en Roma, retuvo su cetro europeo para ganar luego en Turku, Finlandia con 9.92, su mejor registro desde los Juegos Olímpicos de Tokio.
. «Por supuesto, he cambiado desde Tokio. Han pasado tres años. He ganado, he perdido, me he lesionado. He cambiado todo. He cambiado de país, de entrenador. Así que claro que soy diferente, pero soy mejor», aseguró.