Fuente: Agencias / fotos: Sebastián Lasquera, desde Tokio
La estrella venezolana del triple salto Yulimar Rojas admitió la sensación «agridulce» que le dejó quedarse este jueves con la medalla de bronce en el Mundial de Tokio, donde reaparecía tras su grave lesión en un tendón de Aquiles.
Rojas llevaba dos años sin competir en su prueba por la lesión, producida en abril de 2024, y en su vuelta no pudo revalidar su título mundial al quedarse apenas en 14,76 metros, cediendo la corona a la cubana Leyanis Pérez (14,94 m), mientras que la dominiquesa Thea LaFond fue plata con 14,89 metros.
«Es una sensación como de que pudo haber sido mejor, pero a la vez es fruto de mucho tiempo y mucho trabajo. Mucha lucha, mucho sacrificio», decía a su paso por la zona mixta, con la voz entrecortada y sin poder evitar las lágrimas.
«Yo nunca me rindo. Soy una mujer de retos, de objetivos. Estas lágrimas son el compromiso conmigo misma y con el atletismo. Debo estar orgullosa y feliz, aunque ahora sea un poco agridulce porque para mí esto lo es», admitió.
Después de iniciar su intervención muy afectada, Rojas intentó hacer una lectura positiva de lo que supone su regreso a la primera línea competitiva después de la gravedad de su lesión.
«Esto representa el esfuerzo, no rendirse, ser valiente, seguir caminando. Encontrarme con la Yulimar Rojas de siempre no ha sido fácil. En verdad debo estar satisfecha, pero debo valorarlo mejor más adelante», continuó.
«Hemos vuelto, he regresado. Hace meses no podía ni caminar, no sabía si iba a volver a un escenario como éste. Tener una medalla en el cuello, es un bronce, pero es una victoria personal. Me llevo la lucha, lo trabajé y lo deseé tanto que solo quiero dar gracias a Dios, a la vida, a mi gente, a mi Venezuela querida», dijo ya con una sonrisa.
La atleta de 29 años prometió a sus aficionados que su carrera volverá a darles grandes alegrías.
«Hay Yulimar Rojas para rato, esto no queda aquí y el año que viene voy a volver mucho mejor, más fuerte, más preparada y con mucha hambre de triunfo. Sigan soñando, nunca desistan, nunca olviden lo que quieren en la vida. Todo se puede lograr con trabajo dedicación y lucha, este metal de bronce es el ejemplo de eso. Aunque pudo haber sido de otro color», aseveró.
Rojas dedicó también unas palabras, volviéndose a emocionar, al estadio Nacional de Tokio, donde en 2021 se colgó el oro olímpico batiendo su primer récord del mundo.
«Tokio ha sido generoso conmigo. Hace cuatro años, el oro olímpico y el récord del mundo. Ahora me llevo un bronce después de la rotura de un tendón de Aquiles. Es una ciudad y un estadio precioso, que llevaré siempre conmigo», afirmó.