Aunque no hubo récord del mundo esta vez –como sucediera en las dos ediciones anteriores, y en algunas más del historial del Maratón de Chicago que se extiende por más de cuatro décadas- la carrera disputada este domingo constituyó una de las más importantes del circuito mundial.
El ugandés Jacob Kiplimo, cuya “puesta a punto” fue su actuación en el medio maratón de Buenos Aires en agosto pasado, reafirmó su condición de gran protagonista de la distancia mayor para los próximos tiempos. En el segundo maratón de su vida, había debutado en abril, en Londres con el segundo puesto en 2:03:37- Kiplimo conquistó su primer “major” en 2 horas, 2 minutos y 23 segundos, tras insinuar durante un buen tramo de la competencia que el récord del mundo es una posibilidad para él.
En la carrera femenina –ganada por la etíope Hawi Feysa con 2:14:56, marca que la ubica entre las cinco mejores del historial mundial de maratón- se lució la argentina Florencia Borelli con su octavo puesto. Marcó 2:24:23, a sólo cinco segundos de su récord sudamericano, logrado en febrero del año pasado en Sevilla.
Hace dos años, en este mismo circuito, el keniata Kelvin Kiptum había conmovido al atletismo con su récord del mundo de 2:00:35, dejando atrás la marca de su compatriota Eliud Kipchoge, un histórico que aún se mantiene en actividad. Meses más tarde, Kiptum se mató en una inhóspita carretera de su país. La herencia para buscar el mejor corredor de estos tiempos (y tal vez para soñar que en un futuro no tan lejano alguno pueda marcar atravesar de la frontera de las 2 horas) pareció destinada a estos hombres: otros dos keniatas (Sabastian Sawe y John Korir)… y Kiplimo. Laureado en medio maratón –donde fijó un impresionante récord mundial de 56:42 en febrero pasado en Barcelona y donde también fue campeón del mundo- el ugandés decidió este año su “salto” a la distancia mayor. Korir fue el triunfador de Chicago en 2024 con 2:02:44 y en abril pasado venció en el maratón de Boston. Y Sawe ha ganado hasta ahora sus tres grandes maratones, incluyendo la reciente en Berlin, donde solo el clima –inesperadamente cálido- le impidió aproximarse al récord.
Con ese panorama, Chicago era el escenario para el gran duelo Kiplimo-Korir. Fueron en el lote de punta, junto a otros tres keniatas (Timothy Kiplagat, Amos Kipruto y Philemon Kiplimo), hasta cruzar en 1:00:16 el parcial en medio maratón, cuando se retiraron los pacers. Era un ritmo de récord, que se acentuó más adelante (1:11:12 en 25 kilómetros). Sorpresivamente, Korir decidió acelerar en el cruce del medio maratón, pero enseguida Kiplimo se acopló. Y el keniata pagó muy caro aquel esfuerzo, abandonó poco después. Kiplimo mantuvo un ritmo fuerte en el tramo siguiente, pero –ya con la victoria cercana- prefirió asegurarla y no hubo otra aproximación al récord.
Terminó en 2:02:23 y luego llegó la dupla keniata de Amos Kipruto (2:03:54) y Alex Masai (2:04:37). La novedad la aportó el estadounidense Conner Mantz, cuarto con 2:04:43, quien de este modo mejoró el récord de su país que Khalid Khannouchi (oriundo de Marruecos) mantenía con 2:05:38 desde el 2002.
El top 10 se completó así: 5 Essa Huseydin Mohamed (Etiopía) 2:04:50, 6 Seifu Tura (Etiopía) 2:05:17, 7 Geoffrey Kamworor (Kenia) 2:05:31, 8 Philemon Kiplimo (Kenia) 2:06:14, 9 Roy Linkletter (Canadá) 2:06.49 y 10° el dos veces medallista olímpico Abdi Basher (Bélgica) con 2:07:08.
En total, 17 hombres corrieron por debajo de 2:10, entre ellos uno de los mejores estadounidenses de las últimas décadas, Galen Rupp (16° con 2:09.41).
Nacido un 14 de noviembre, hace 25 años, Kiplimo creció en las alturas de Bukwo, junto al Monte Elgon, en Uganda. Debutó como olímpico con apenas 15 años en Rio 2016, cuando participó en una de las series de 5.000 metros llanos, siendo así –probablemente- el más joven fondista de la historia de los Juegos. En su paso a la categoría mayor, conquistó los títulos mundiales de cross country y medio maratón (Gdynia 2020) y también la medalla de bronce olímpica de los 10.000 metros en Tokio. Pero se sintió decepcionado en París y decidió, a partir de allí, concentrarse en las distancias largas y en calle/ruta, ya pensando en el maratón. Viene de una base excelente como el medio maratón donde, además de su “super récord” ha ganado siete de sus nueve competiciones. Veremos cuál su próximo paso –seguramente será tentado por los organizadores de todas las majors- aunque su sueño es el oro olímpico en Los Angeles 2028.
El mejor entre los sudamericanos en esta carrera de Chicago fue Luis Orta, un venezolano que reside en Tennessee, y quedó 43° con 2:19.15. El brasileño Leonardo Santana de Olinda fue 55° con 2:21:51.
«Primero, quiero agradecer a la organización por invitarme, a mi familia por darme el tiempo de prepararme para esta carrera, y a mi equipo y compañeros. No fue fácil prepararse para esta carrera», aseguró Kiplimo en la rueda de prensa posterior al maratón, en el hotel Hilton en el centro de Chicago. «Mi objetivo era hacer una buena carrera. Sabía que en los últimos diez kilómetros podía atacar, a los 30 intenté acelerar, porque me sentía bien», añadió. Paró el cronómetro en dos horas, dos minutos y 23 segundos y por momentos tuvo ritmo para atacar la plusmarca mundial de Kiptum (2:00:35). «No sabía que tenía ritmo para el récord del mundo, solo estaba intentando mantener el ritmo para ganar. Estaba un poco cansado, así que intenté mantenerlo para ganar», afirmó. «Para mí no se trata de hablar de récords. No me gusta hablar de romper récords, se trata de cómo te preparas. Yo todavía estoy aprendiendo el Maratón, vamos paso a paso», insistió.
Entre las damas, la tanzana Magdalena Shauri –compatriota del flamante campeón del mundo Alphonce Sambi- resultó la sorpresa al acompañar hasta poco más de la mitad de la prueba a una de las favoritas la etíope Hawi Feysa. Esta luego pudo distanciarse para ganar en 2:14:56, mejorando claramente su marca personal (tenía 2:17 en marzo pasado en Tokio) y terminando delante de su compatriota Megertu Alemu (2:17:18), con la tanzana en 2:18:03 para el tercer puesto.
Feysa y Shauri marcaron 1:07:30 a mitad de camino antes de llegar a los 25 km en 1:19:59, Alemu las mantuvo a la vista pero Taye se quedó atrás. Tras una carrera bien calculada, Feysa aceleró ligeramente y superó los 30 km en 1:35:54, dejando atrás a Shauri. Alemu se colocó segunda, a cinco segundos de la líder en ese momento, mientras que Shauri la seguía 13 segundos más atrás.
A partir de allí, Feysa siguió aumentando su ventaja, llegando a liderar por 15 segundos en el kilómetro 35 y por más de un minuto a falta de tres millas para el final.
Ella aceleró nuevamente en las etapas finales para situarse por debajo de 2:15 con un split negativo, corriendo 2:14:56 para lograr el tiempo más rápido del año y una actuación que la convierte en la quinta corredora de maratón femenina más rápida de la historia.
La argentina Florencia Borelli, en su primer maratón “major”, produjo una de sus mejores actuaciones en el terreno internacional con el octavo puesto, dentro de un top 10 que se completó así: 4 Loici Chemnong (Kenia) 218:23, 5 Mary Ngugi-Cooper (Kenia) 2:19:25, 6 Natosha Rogers (EE.UU.) 2:23:28, 7 Dakotah Popehn (EE.UU.) 2:24:21, 8 Florencia Borelli (Argentina) 2:24:23, 9 Gabriella Rooker (EE.UU.) 2:26:32 y 10 Melody Julien (Francia) 2:27:09.
Aunque su campaña registraba un lejano debut en maratón (con apenas 20 años, en Mar del Plata), Florencia se dedicó a esta distancia en las últimas temporadas. En 2021 obtuvo el maratón de Buenos Aires con 2:32:27, luego fue 12ª. en Sevilla 2022 con 2:26:54 y logró la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos en Chile con 2:27:29. El año pasado fijó su récord sudamericano de 2:24:18 y alcanzó la nominación olímpica, clasificando 21ª. en los Juegos de París con 2:29:29. Ahora regresó a esa exigente prueba, con una major que la recibió como top 10.
El maratón, uno de los más importantes del mundo con unos 53.000 participantes, transcurrió de forma pacífica sin verse aparentemente impactado por las tensiones políticas que vive Chicago en las últimas semanas. La preocupación se ha extendido a lo largo de la urbe del estado de Illinois ante los operativos en los que se han detenido a decenas de inmigrantes. Como en otras ciudades del país, esta campaña de deportación masiva ha sido objeto de protestas de manifestantes, que derivaron en algunos disturbios.