Fuente: Runners World/ES
Tras 128 años como una disciplina inmutable desde su debut en los Juegos Olímpicos de Atenas 1896, de los que nunca salió, el salto en largo ensayará este domingo un cambio drástico en su normativa buscando más espectáculo, menos nulos y saltos más largos. Será en el Mitin ISTAF Indoor de Dusseldorf de Alemania, un mitin en pista cubierta centrado en las carreras de velocidad en la recta de los 60 metros y en los saltos que tendrá 7.500 espectadores en las gradas del PSD Bank Dome.
El concurso de longitud femenino probará la nueva zona de despegue de saltos, un área de 40 centímetros de largo en la que los atletas podrán batir. Si lo hacen antes no se les dará nulo, pero tampoco se les medirá el salto. Si se pasan, tendrán un fallo. La medición no se hará como toda la vida desde el inicio de la tabla hasta la marca más retrasada del cuerpo en el foso de arena, sino que se tomará de referencia la punta delantera de la zapatilla dentro de la zona gracias a unas cámaras de vídeo de última generación que miden la distancia del despegue al aterrizaje.
Los resultados serán válidos para rankings, récords o mínimas internacionales como los de cualquier otro concurso, según confirma la organización.
Con esta novedad, criticada por muchos por considerar que pierde la esencia de la técnica del salto, supone una mayor facilidad para que los saltadores se centren en la carrera y en el salto sin preocuparse tanto del talonamiento, una parte fundamental de la prueba.
«Siempre he dicho que la longitud es la prueba más difícil del atletismo y esta medida eliminaría la habilidad más difícil. Sería como agrandar la canasta para los tiros libres porque muchos los fallan», opinó Carl Lewis, el cuatro veces campeón olímpico de la disciplina.
Por su parte, el doble campeón olímpico Miltiadis Tentoglou (foto), el vigente rey de la disciplina masculina, campeón mundial y olímpico, amenazó el año pasado con abandonar la prueba si se introducía la zona de despegue de forma oficial.
World Athletics empezó a preocuparse por este asunto tras el Mundial de Budapest 2023, cuando el 31 % de los saltos de las finales resultaron nulos. Creen que eso no favorece el espectáculo y aleja al espectador del atletismo. En los pasados Juegos Olímpicos de París, 15 de los 60 saltos de la final masculina, el 25 %, y siete de la femenina, el 11,6 %, resultaron nulos, aunque la realización televisiva, que siempre combina varias pruebas, solo ofreció los momentos más destacados.
La idea del organismo que preside Sebastian Coe es probar la innovación este año en varios mítines, y si convence, introducirlo de forma oficial en el nuevo Mundial Ultimate que se celebrará en septiembre de 2026 en Budapest. «Si no pasa la prueba, nunca lo introduciremos», promete Jon Ridgeon, la mano derecha de Coe.
Mihambo, una atleta de más de 7 metros para probarlo
Los organizadores de Dusseldorf se han prestado para una de esas pruebas y contarán para ello con la mejor saltadora de longitud de la última década, la alemana Malaika Mihambo, oro en Tokio y plata en París, una mujer capaz de llegar en 2019 a 7,30 metros, la 12ª marca de la historia de una prueba cuyo récord mundial (7,52 m.) va camino de cumplir 35 años, al igual que el masculino, los 8,95 m. de Mike Powell en la mítica final de Tokio 1991, tiene ya 33.
«Al final, esto puede hacer que el salto de longitud sea más emocionante. Los saltos óptimos son más probables con la zona de despegue, porque los atletas no solo tenemos que orientarnos en la tabla, sino que podemos usar todos los aspectos para un punto de despegue óptimo. Estoy feliz de probarlo. Decidir: ¿Tiene sentido? ¿Es emocionante? ¿Será mejor el resultado?», reflexiona sobre el cambio Mihambo, la primera voz importante entre los atletas que se muestra a favor del cambio y una atleta que el año pasado en la misma competición de Dusseldorf agotó su participación con tres nulos.
«Las innovaciones son la base de todo desarrollo futuro. Y la filosofía del salto de longitud es saltar lo más lejos posible. El nuevo enfoque es muy interesante. Hay que ver cómo funciona en la práctica y que lecciones aprender», defiende Cheick-Idriss Gonschinska, el presidente de la Federación Alemana de Atletismo (DLV).
«Será una gran oportunidad de recibir comentarios de atletas y de aficionados», promete Ridgeon.