Producción especial: RunningColombia
Detrás de cada número de competencia hay una historia. Pero la mayoría de esas historias comienzan con los sacrificios de los padres, con dificultades y con muchos obstáculos en el camino antes de llegar al éxito.
Kellys Arias, en cambio, ha tenido que vivir los años más duros de su vida, y de su carrera deportiva, después de alcanzar el éxito. Nació en Maicao (La Guajira), el 3 de julio de 1989, pero se crió en Barranquilla, donde estudió y se inició en el atletismo.
Su talento en el ‘deporte rey’ le hicieron emprender un nuevo camino en Bucaramanga, cuando apenas tenía 17 años. Allí se empezó a mostrar como un talento del fondismo colombiano, y dos años después de llegar a la ‘ciudad de los parques’, combinaba los entrenamientos con el trabajo como cajera de un banco.

Pero sus sueños volaban más alto, y en 2012, precisamente el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres, estaban sacando, en compañia de su esposo, Eliseo Núñez, las pocas cosas del apartaestudio donde vivían en Floridablanca, para subirlas a un camión, para emprender una nueva vida en Bogotá. Querían vivir del atletismo y en la capital del país estaban los mejores atletas del momento, así como las mejores condiciones para entrenar.
El sueño estaba puesto en la majestuosidad de los Juegos Olímpicos. Soñaba con estar algún día en esa ceremonia de inauguración que le marcó la vida para siempre. Y así fue que emprendió esa aventura con el compañero de su vida, que hoy es también su principal consejero, el padre de sus dos hijos y su masajista de cabecera.
En Bogotá empezó a mostrar ese talento innato, tallado en su menudo cuerpo de 1,47 metros de estatura y 40 kilos de peso, más que suficientes para convertirse en una de las mejores maratonistas de la historia en Colombia. Su carrera ascendente parecía no tener techo. En poco tiempo empezó a ganar carreras y a ser tenida en cuenta por los patrocinadores.

Después de convertirse en una referente del atletismo de fondo en Colombia, debutó en la mítica distancia de los 42,195 kilómetros el 18 de octubre de 2015, en Toronto (Canadá), donde impuso el récord nacional en su momento, con un tiempo de 2:32:32, y el sueño de los Juegos Olímpicos empezaba a ser una realidad.
En su segundo maratón, en Hamburgo (Alemania), se convirtió en la primera mujer colombiana en romper la barrera de las 2 horas y 30 minutos, al mejorar nuevamente la marca nacional, tras parar el reloj en 2:29:36, tiempo con el que se clasificó a los Juegos Olímpicos de Rio 2016, apenas cuatro años después de aquella inauguración de Londres 2012.
Con esa marca, con el cupo asegurado para los Juegos Olímpicos y con sus resultados, empezó a recibir invitaciones a las principales maratones del mundo, pero aún le faltaba perder y tropezar en este duro camino del alto rendimiento. En el maratón de Rio 2016 no tuvo las mejores sensaciones y antes del kilómetro 25 abandonó por una molestia muscular. Caminó casi dos kilómetros, hasta que se encontró al director de Runningcolombia, quien le facilitó 20 reales para tomar un taxi y llegar al punto de partida, sin poder hacer realidad el sueño de cruzar la meta, ubicada en el popular sambódromo.

Desde entonces ha corrido en 10 maratones más, entre ellas tres ‘majors’, el circuito de las más grandes del mundo, del que hacen parte Tokio, Boston, Londres, Berlín, Chicago y Nueva York, y próximamente también se incluirá el de Sidney.
En 2020 llegó la pandemia, y con ella, la incertidumbre de los Juegos Olímpicos de Tokio, que finalmente se aplazaron para 2021. Kellys buscó la marca de clasificación en Valencia (España) y en Enschende (Países Bajos), pero nuevamente los problemas físicos le impidieron llegar a su segunda olimpiada.
A pesar de esos resultados recibió la invitación para correr en el que sería su cuarto ‘major’, en Berlín (Alemania), pero llegó la noticia del embarazo de su primera hija y los planes cambiaron, aunque seguía corriendo e incluso compitió en algunas carreras con su bebé en el vientre, hasta cuando los médicos se lo permitieron.

Intentó volver al alto rendimiento, pero los tropiezos, las lesiones y la salud mental no le permitían ser la Kellys Arias de unos años atrás. Incluso tuvo que superar un delicado cuadro de depresión, pero Dios le dio un nuevo motivo para vivir, con su segundo embarazo.
Y tras el nacimiento de su segundo hijo, quiso retomar nuevamente, pero las lesiones no la dejaban en paz. Un dolor insoportable en el músculo del recto femoral no la dejaba correr como ella esperaba. Ganó algunas carreras y eso la hacía pensar en que volvería a ser la Kellys de antes, pero cuando cruzó la meta de la Media Maratón de Bucaramanga, en 2023, la ciudad que la recibió como atleta, dijo ‘no más’, y buscó otras opciones de vida.
Creó una fábrica de bordados, se puso a trabajar en su emprendimiento, pero tenía que ponerle punto final también a los dolores, que en ocasiones no la dejaban ni caminar. Finalmente, después de varios exámenes, los médicos concluyeron que su lesión del recto femoral, no era en una sola pierna, sino bilateral, algo muy extraño, y además, después del segundo embarazo había sufrido una diastasis abdominal, que es una separación de los músculos del abdomen.

No tuvo más alternativa que entrar al quirófano, el 29 de agosto de 2024, para posteriormente empezar un largo proceso de recuperación, siempre con la compañía de su esposo, Eliseo, quien después de siete semanas de la cirugía la invitó a caminar. Ese 7 de octubre sintió que la vida le estaba dando una nueva oportunidad.
Empezó a trotar tres veces por semana, guiada por Víctor Ocampo y acompañada por Carolina Tabares, su amiga incondicional, la que siempre ha estado a su lado, incluso en los peores momentos de su vida, y la que no la deja sola en los entrenamientos, la que incluso le lleva el agua, sin importar que ella también tiene que cumplir con sus rutinas.
Después de retomar los entrenamientos, quizás como una aficionada más, en diciembre del año pasado le entró el «bicho competitivo», como ella misma dice. Víctor, entonces, siguió guiando ese camino y le sugirió que si seguía haciendo lo que venía haciendo, alcanzaría a llegar al Maratón de Cali, carrera que se disputó el pasado 4 de mayo. «Usted está loco» -le respondió Kellys-, aunque en su cabeza rondaban estrellitas que la ponían a soñar despierta…
Y con apenas unas semanas de trotes, no de entrenamientos, y sin la sensibilidad totalmente recuperada tras la cirugía, empezó otra vez a correr en el alto rendimiento, con resultados, tanto sorprendentes como inimaginables.

En febrero ganó en el Ascenso a La Catedral, en Envigado, y corrió la Media Maratón del Mar, en Cartagena, donde fue la primera clasificada por edades, entre las mayores de 35 años, y hasta se le midió al Maratón de Barranquilla, en marzo, donde también ganó. En cada carrera cruzaba la meta con lágrimas en sus ojos, pero ya no de dolor, sino de felicidad.
Y aquella locura de su entrenador y amigo se hizo realidad el 4 de mayo, cuando se paró en la línea de partida del Maratón de Cali con las atletas élite internacionales, y para sopresa de todos, se ubicó en el octavo lugar, con una marca de 2 horas, 42 minutos y 24 segundos, muy cerca de la mejor marca hecha en Colombia por una atleta local en toda la historia (2:41:32).
El mejor premio lo recibió en la línea de meta, donde la esperaba Carolina Tabares, quien minutos antes se había coronado campeona de la prueba de los 15 kilómetros de ese Maratón de Cali. Su amiga también lloraba de felicidad, pero no por su victoria, sino de ver a Kellys Arias de nuevo entre las mejores, cruzando la meta.

Pero aún faltaba la mejor celebración, en una carera en la que las dos fueran protagonistas, a pesar de no contar ni con patrocinios ni con marcas de calzado que las acompañen, y mucho menos con el reconocimiento de la poca prensa que sigue el atletismo en Colombia.
Y ese día llegó. Fue este domingo 8 de junio, cuando el sueño de correr y llegar con su amiga se hizo realidad, durante la Media Maratón de Rionegro, en la que Kellys volvió a llorar, pero de felicidad, tras coronarse campeona, con un tiempo de 1:17:44, y esta vez fue ella la que esperó a Carolina en la meta, quien llegó segunda, con 1:17:47. El podio lo completó Leidy Romero, con un tiempo de 1:18:06.
Resultados Media Maratón Rionegro damas:
- Kellys Arias, Valle, 1:17:14
- Carolina Tabares, Antioquia, 1:17:47
- Leidy Romero, Cundinamarca, 1:18:06
- María Fernanda Montoya, Equipo Porvenir, 1:19:21
- Estefanía Aristizábal, Antioquia, 1:23:18
Resultados Media Maratón Rionegro varones:
- Sergio López, Boyacá, 1:07:33
- David Gómez, Cundinamarca, 1:07:46
- Franklin Téllez, Boyacá, 1:07:50
- Jeison Sánchez, Antioquia, 1:08:17
- Mauricio González, Equipo Porvenir, 1:09:06