Las grandes actuaciones que viene produciendo la velocista chilena Martina Weil en los últimos tiempos sobre 400 metros llanos, ya insertada junto a la elite, convierten a esta prueba en una de las de mayor atracción para Sudamérica en el Campeonato Mundial que se inaugura el fin de semana en Tokio.
Martina, además de retener su cetro sudamericano en Mar del Plata, también fue finalista de 400 llanos en el Mundial Indoor de Nanjing en marzo. En la temporada de pista abierta corrió dos veces por debajo de los 50 segundos, primero en París con 49.83 y luego en el Weltklasse-Diamond League Finals en Zurich con 49.72, aproximándose así al tope sudamericano que su propia madre (y hoy vicepresidenta de World Athletics) Ximena Restrepo mantiene con 49.64 desde Barcelona 92.
Ximena también fue finalista del Mundial 91 realizado en Tokio, antesala de su medalla de bronce olímpica en Barcelona. Y Gert Weil, el padre de Martina, fue finalista mundial y olímpico de lanzamiento de bala. Martina Weil, símbolo del ascendente atletismo chileno de estos tiempos y medalla de oro en los Panamericanos 2023 disputados en Santiago, aspira a ubicarse en esa misma escala, en una de las especialidades más duras de nuestro deporte.
Una de las grandes favoritas para los 400 llanos es la ex campeona Salwa Eid Naser, de Bahrein, quien en esta temporada ya bajó cuatro veces los 49 segundos (con una mejor de 48.67). Pero también estará la defensora del título -además de campeona olímpica con récord personal de 48.17 en París- la dominicana Marileidy Paulino. Esta ha vencido a Salwa en tres de sus cinco carreras de la temporada, aunque la atleta de Bahrein se mostró en óptima forma al ganar en Zurich.
Aunque el duelo Salwa-Marileidy podría acaparar la atención, habrá que estar atento a lo que pueda producir la estadounidense Sydney McLaughlin-Levrone. Superstar de los 400 vallas, donde es bicampeona olímpica y recordwoman mundial con 50.37, ahora quiere probarse en la distancia llana, donde viene de obtener el título de su país con 48.90 (tiene 48.74 como mejor). Sydney llega acompañada por otras dos encumbradas especialistas como Aliyah Butler (49.09 de marca personal, conseguida en Montecarlo) e Isabella Whittaker (cuenta con 49.24 en pista cubierta y 49.58 outdoor en Oslo).
Sydney ha dicho que uno de sus objetivos es mejorar el récord estadounidense, que Sandra Richards mantiene con 48.70 desde hace casi dos décadas (2006). Dado su rendimiento en la prueba con vallas, eso parece posible. Pero la transición técnica aún está para probarse. “Siento que este año he aprendido muchísimo y estoy emocionada de aprovecharlo todo en Tokio y ver qué me puede aportar. Pero todas estamos mejorando y creo que nos estamos impulsando mutuamente para alcanzar tiempos realmente rápidos que no hemos visto en mucho tiempo, o que nunca antes habíamos visto, y creo que ese es el objetivo: competir con las mejores y seguir superando los límites de lo posible. Y eso no se puede lograr sin tener muy buenas competidoras a tu alrededor”, dijo en una reciente entrevista con AthleticsWeekly.
Otro nombre a tener en cuenta es el de la noruega Henriette Jaeger, recordwoman de su país con 49.49 en Zurich y que obtuvo la medalla de bronce del Mundial Indoor. Y también la campeona mundial indoor Amber Anning, la polaca (y bronce olímpico) Natalia Bukowiecka, entre otras.