En Tampa (Florida, EE.UU.), donde residía últimamente, acaba de fallecer Dagoberto González, ex campeón y recordman sudamericano del lanzamiento del disco.
González fue uno de los mejores lanzadores en la historia del atletismo colombiano y, en su especialidad, pudo disfrutar últimamente de la herencia que marca Mauricio Ortega, el hombre que recuperó para su país dichos cetros sudamericanos, además de alcanzar una final olímpica. Pero Dagoberto González también fue uno de los puntales de los equipos colombianos que hicieron crecer al atletismo de su país en los conciertos sudamericanos, bolivarianos y centroamericanos durante la década del 60 y principios de los 70, junto a aquellos ídolos como fueron Pedro Grajales en velocidad, Alvaro Mejía, Víctor Mora y Domingo Tibaduiza en pruebas de fondo.
Su ficha indica que nació el 30 de julio de 1932, por lo que habría llegado al atletismo relativamente tarde. Su mejor marca en disco fue de 54.48 metros, lograda el 2 de marzo de 1970 en Panamá, cuando se clasificó subcampeón en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, escoltando al cubano Bárbaro Cañizares (56.04). En bala se convirtió en el primer colombiano en alcanzar los 15 metros, el 16 de febrero de 1967 en Mayagüez, Puerto Rico.
Oriundo de Cartagena, departamento de Bolívar, González evocó en su propia autobiografía que “desde chico comencé a practicar deportes. Mi primer pasatiempo fueron el béisbol y el básquet. Pero fue en béisbol donde me destaqué y obtuve grandes satisfacciones. Cursé mis estudios de primaria y secundaria ne el Instituto Nariña, en Cartagena, y llegué a jugar béisbol en Las Carmelitas, equipo de las ligas colombianas. También representé a mi departamento, Bolívar, en los nacionales de ese deporte”. Pero también se sintió decepcionado con algunas situaciones del béisbol y le aconsejaron –por las dotes físicas que evidenciaba para los lanzamientos- acercarse al atletismo en la pista General Santander, en Cartagena, donde trabajaba el profesor José Domingo Sánchez. Después de un comienzo en jabalina, enseguida probó con bala y decantó por disco, aportando los primeros puntos para Bolívar en los Nacionales, a fines de la década del 50.
Radicado en Bogotá, allí cursó sus estudios de Educación Física y luego ejerció en distintas entidades como la Escuela General Santander, el Club Campestre y la Escuela Militar.
Su aparición internacional como atleta se produjo en 1961, cuando ocupó el 6° puesto en el Sudamericano de Lima ganado por el argentino Günther Kruse y en esa misma temporada se consagró campeón de la especialidad con 46.05, además de lograr una medalla de bronce en bala y el cuarto puesto en pentathlon, dominado por la gran figura de las combinadas, el venezolano Héctor Thomas.
A partir de allí iba a hilvanar una destacada campaña, que incluyó la participación en dos ediciones de los Juegos Panamericanos (7° en Winnipeg 67, 6° en Cali 71), en los llamados Juegos Iberoamericanos de Madrid 1962 (antecedente del actual Campeonato Ibero) y en los citados Centroamericano, donde descolló su victoria en Kingston (1962), seguido por la medalla de bronce en Puerto Rico (1966) y el citado subcampeonato en Panamá. Tambien hizo un múltiple despliegue en los Juegos Bolivarianos –vencedor de disco en tres oportunidades consecutivas, en 1961, 1965 y 1970- y, fundamentalmente, en los Campeonatos Sudamericanos. Allí logró el lanzamiento del disco en tres ediciones, cifra solo superada en el historial por el brasileño Sergio Antonio Thomé, con cuatro títulos.
La primera victoria de Dagoberto en los Sudamericanos se produjo en Cali (1963), donde también fue tercero en bala. Dos años más tarde, quedó tercero en disco, pero recuperó la corona en Buenos Aires (1967) en lo que fue una de las mejores competiciones de su campaña. Allí inició con un nulo siguió con 48.96 y, enseguida, con cuatro disparos sobre los 50 metros. El último de ellos, fue exactamente de 54.00 metros, que representó el récord sudamericano, el único logrado en aquel campeonato en el escenario del Parque Chacabuco. El brasileño José Carlos Jacques –“dueño” del lanzamiento de bala por aquella época- quedaba segundo de Dagoberto en disco con 49.10, mientras que también se quedaba atrás el tope sudamericano que Günther Kruse (52.84) mantenía desde hacía más de una década (1956). Claro que dicho récord no tendría larga vigencia para Dagoberto, ya que Jacques lo llevó a 55.20 al año siguiente.
González ya había participado en competencias internacionales en la Argentina. Junto a Grajales y otros nombres destacados de la época asistió en 1965 a los torneos Luis Gálvez Chipoco (ganó con 48.60) y Pierre de Coubertin (el local Luis Di Cursi lo venció en un emotivo concurso por apenas cuatro centímetros, 47.34 a 47.30) y volvería más adelante, en 1970. Allí ganó el Coubertin con 51.88 y, a los pocos días, en el torneo de Comodoro Rivadavia, teniendo una vez más a Jacques y al sudafricano David Boysen entre sus principales rivales.
La tercera y definitiva corona sudamericana para González se dio en Quito (1969 con 51.66, delante de Jacques (50.88).
Desde la década del 70 se radicó en Puerto Rico, donde formó técnicamente a varias generaciones de lanzadores, y posteriormente se instaló en EE.UU. Desarrolló una intensa labor educativa y en ayuda a los deportistas de su país. Integró el departamento atlético de la Universidad de Central Florida en Orlando y en 1993 promovió la H.A.S.A. (Hispanic American Sport Association), una entidad sin fines de lucro para promover el deporte en la comunidad latina. A la vez, emprendió distintas tareas en la difusión, tanto del deporte como en la cultura, sobresaliendo su programa radical de música vallenata.
Hace pocos años, Dagoberto retornó a Colombia en oportunidad de los Juegos Bolivarianos en Santa Marta y allí, en una entrevista difundida por el Comité Olímpico nacional, resaltaron que “desde el comienzo ha sido el centro de la atención de aquellos nostálgicos que se hacen presentes en los certámenes deportivos, para recordar viejas épocas”.
Contó que «cuando me retiré, en 1970, duré como dos años trabajando en un club de Cartagena, cuando llegó un dirigente de atletismo de Puerto Rico y me dijo: ‘Dago, tenemos los Juegos Panamericanos en dos años y necesito un técnico. Yo acepté y me fui para Puerto Rico, en donde dure 12 años, como entrenador del equipo nacional y de la Universidad del Sagrado Corazón, y logré formar a una generación de lanzadores, que fueron figuras internacionales de la isla caribeña».
Agregó que «estuve como reclutador de varias universidades, en Estados Unidos, en busca de talentos para llevarlos a las universidades, regalarles becas para estudiar, muchos de ellos con el mismo biotipo de mis hijos, pero ellos nunca quisieron incursionar en el deporte, con ellos nunca pude, ahí se quedaron sin hacer deporte».
González también recordó que «cuando llegué a Estados Unidos, con Emperatriz González, la entrenadora de Ximena Restrepo, la primera mujer medallista olímpica de Colombia, me uní para apoyar a muchos jóvenes colombianos, y logramos que fueran tenidos en cuenta en universidades de Puerto Rico”.
CAMPAÑA INTERNACIONAL
1961 Campeonato Sudamericano (Lima) 6 disco 46.64
Juegos Bolivarianos (Barranquilla) 3 bala 13.79
1 disco 46.05
4 pentathlon
1962 Centroamericanos y Caribe (Kingston) 1 disco 48.66
Juegos Iberoamericanos (Madrid) 5 disco 46.31
1963 Campeonato Sudamericano (Cali) 3 bala 14.02
1 disco 48.84
1965 Campeonato Sudamericano (Rio) 3 disco 48.04
Juegos Bolivarianos (Quito) 1 bala 14.75
1 disco 48.75
5 pentathlon
1966 Centroamericanos y Caribe (San Juan) 10 bala 13.58
3 disco 48.16
9 pentathlon
1967 Juegos Panamericanos (Winnipeg) 7 disco 48.34
Campeonato Sudamericano (Bs Aires) 5 bala 14.47
1 disco 54.00 RSA
1969 Campeonato Sudamericano (Quito) 5 bala
1 disco 51.66
1970 Centroamericanos y Caribe (Panamá) 2 disco 54.48
Juegos Bolivarianos (Maracaibo) 2 bala 14.74
1 disco 52.08
1971 Juegos Panamericanos (Cali) 6 disco 51.76
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agradecimiento
foto: FB William Pedraza